Circuitos de ciclismo vs. velódromos

Al haber estado durante bastantes años haciendo labores de técnico en el circuito de ciclismo de Sant Boi, en muchas ocasiones me han preguntado qué es eso de un circuito de ciclismo e incluso después de explicarlo la reacción más habitual ha sido preguntar si se trata de un velódromo.

Aunque por definición sí que se trataría de un velódromo (la definición de la RAE es "lugar destinado para carreras en bicicleta"), técnicamente es una instalación muy distinta de lo que entendemos (y lo que es) un velódromo por lo que a continuación voy a tratar de explicar las diferencias entre ambos tipos.

velódromo

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Vamos a distinguir ambos tipos de instalaciones por lo evidente, las características del espacio principal, la pista donde circulan las bicicletas. En el artículo El velódromo: Generalidades de Track Piste la descripción del tipo de instalación que conocemos por velódromo es muy clara: tiene como elemento más importante una pista de recorrido circular compuesta por 2 rectas y 2 virajes fuertemente peraltados todos ellos (entre los 38 y los 45º de grados de inclinación) para contrarrestar la fuerza centrífuga que se genera por las altas velocidades a las que suelen circular los ciclistas, de longitudes variables según la instalación pero que suele moverse entre los 133 y los 500 metros y las superficies suelen variar entre la madera, el cemento y el asfalto. Por sus características, en este tipo de instalación pueden rodar bicicletas de pista, cuyas características principales son que no disponen de un sistema de frenos y sus ruedas son de piñón fijo.

En cambio, un circuito de ciclismo se compone de una pista con la superficie asfaltada, trazado circular y de longitud en función del espacio disponible en la instalación, con un número de virajes variable y con diferentes desniveles a lo largo de su recorrido; además, según su diseño, podría descomponerse en otros trazados que incluso podrían ser utilizados de forma simultanea.

La diferencia entre ambos tipos de instalaciones es evidente y podemos distinguirlas con cierta facilidad. Ahora bien, podría haber algún problema a la hora de decidir qué es un circuito de ciclismo, porque con frecuencia nos presentan instalaciones como tales cuando realmente no lo son. Bajo mi punto de vista, son 2 los puntos más importantes para verificar lo que puede ser o no un circuito de ciclismo. En primer lugar, es que debe estar completamente segregado de la vía pública. Es decir, que un caril bici o una vía verde no son circuitos de ciclismo ni pueden ser considerados como tales; es necesario que la instalación sea un elemento independiente de la vía pública y no forme parte de ningún trazado urbano o interurbano, pudiendo estar, eso sí, completamente cerrada o ser de acceso libre. Igualmente tampoco lo es un espacio de la vía pública que se cierra temporalmente para su uso por parte de colectivos ciclistas, por lo general una o varias calles poco transitadas de un polígono industrial durante el fin de semana; es decir, debe estar permanentemente disponible para su uso por parte del colectivo ciclista, sin necesidad de poner vallas o cinta de balizamiento para poder disfrutarlo.

¿Qué sentido tiene construir un circuito de ciclismo?

Podemos identificar varios objetivos para poner en marcha un circuito de ciclismo, que podemos resumir/agrupar en dos grandes conjuntos: por un lado la formación y por el otro el de ocio y salud.

En cuanto a la formación, podemos distinguir entre la formación cultural (o académica, por qué no, si es que se consigue llevar definitivamente y de forma masiva la bicicleta a las aulas) y por otro lado la formación deportiva. Un circuito de ciclismo, pero por extensión cualquier instalación deportiva, es una gran herramienta para formar a los más pequeños en los valores que la sociedad considera más importantes como son el esfuerzo, la superación, el respeto, la responsabilidad... Comprobarán por sí mismos que la única forma de avanzar es realizando un trabajo, que para ir más rápido o más lejos tendrán que superar sus propios límites o al menos dar cada día un poco más de sí mismos, que el hecho de compartir espacio y tiempo con otras personas conlleva respetar unas normas para evitar accidentes y poder realizar de la mejor forma posible cualquier actividad. En este punto es importante reseñar la importancia de este espacio para formar en Seguridad Vial a los más pequeños; el hecho de estar cerrado al tráfico, de ser un entorno seguro, controlado y protegido, facilita que aprendan a circular correctamente por la vía pública. Además, no hay que olvidar que con la práctica se trabaja la habilidad, la destreza en el manejo de la bicicleta, aprendizaje que contribuirá a controlar o incluso a reducir situaciones de riesgo en el futuro.

Actividaddes infantiles en el Parc Ciclista Sant Boi

Actividades infantiles en el Parc Ciclista Sant Boi

También entra en juego la formación deportiva. Los circuitos de ciclismo son el lugar ideal para que los más pequeños se inicien en el amplio mundo del ciclismo (o del deporte en general), básicamente por los mismos motivos expuestos que en el párrafo anterior. Un circuito facilita la tarea del entrenador con los grupos de deportistas. A la diferencia de sesiones en la carretera, no hace falta disponer de un vehículo para seguir el entreno para poder dar consignas sobre la marcha y es más fácil y seguro detener al grupo con seguridad en cualquier lugar de la pista en vez de hacerlo en un lado de la carretera con la posibilidad (más o menos probable) de que se produzca un accidente, además de que se ahorran costes por no existir gasto en combustible ni por desgaste del vehículo, aportando nuestro granito de arena a la conservación del entorno o como mínimo a no degradarlo más todavía. Por otro lado, un circuito de ciclismo da mucho más juego a la hora de realizar actividades, sobre todo las que buscan desarrollar las habilidades motrices sobre la bicicleta, que por lo general necesitan mayor superficie y se realizan a una velocidad más reducida, aprovechando toda superficie disponible. Pero no nos engañemos: por mucho circuito ciclista que haya seguirá habiendo sesiones de entreno que habrá que seguir haciendo en la carretera aunque, eso sí, con la seguridad que da el conocer la herramienta, su comportamiento y cómo debemos reaccionar nosotros mismos.

En cuanto al ocio y salud, supone una excelente herramienta para promocionar el uso de la bicicleta entre la población. Igualmente para aquellas personas que se inician, que quieren aprender a rodar en bicicleta, que necesitan empezar a desplazarse en bicicleta al trabajo y antes quieren ponerse un poco a tono o conocer la máquina en la que lo harán, aquellas que buscan realizar un poco de ejercicio para mantenerse en el día a día sin sufrir el estrés de la carretera o por simplemente hacerlo en un entorno seguro, acompañados de otras personas que pueden dar soporte en cualquier momento. No cabe duda que en bicicleta se puede socializar a la vez que se trabaja por la salud de uno mismo, sea a la velocidad que sea, a la que se imponga cada uno.

Actividades deportivas para niños en el Parc Ciclista Sant Boi

En definitiva, los circuitos de ciclismo pueden proporcionar múltiples beneficios y ventajas en la zona donde se asientan. Hablamos de beneficios sociales del mismo modo que lo podríamos hacer sobre una instalación polideportiva con servicios para la comunidad, ya que el hecho de realizar un ejercicio cardiovascular mejora la condición física de quienes lo practican y ayuda a prevenir determinadas enfermedades típicas de sociedades sedentarias; también es el lugar donde enseñar a los niños cómo circular correctamente en bicicleta, consiguiendo de este modo fomentar el uso de la bicicleta como medio de transporte y prevenir situaciones de riesgo en las ciudades con este tipo de vehículos gracias al dominio sobre la máquina; e igualmente, por el mero hecho de estar en contacto con otras personas y fomentar las relaciones interpersonales.

También se ofrece un servicio a la comunidad, pero para esto es indispensable que esté orientado a las edades infantiles o que, al menos, sea una de sus principales motivaciones; el fomento del deporte en edad escolar tiene una especial importancia por aspectos de sobra conocidos, como el desarrollo de las habilidades psicomotrices y de la coordinación o la mejora de la fuerza, pero también porque ayuda a adquirir hábitos saludables, al desarrollo de valores que hemos mencionado anteriormente o porque permite adquirir actitudes positivas como la tolerancia a la frustración, la convivencia y la integración.

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