En los últimos años el uso de la bicicleta ha crecido, ya sea por motivos de salud, de ocio o necesidad. Y con esto también el mal uso que algunos le dan y ahora me voy a referir al caso más flagrante y bochornoso: gente adulta, ataviada de ciclista, con culotte, maillot, casco, guantes, gafas, camelback, en la mayoría de casos con BTT, circulando despreocupadamente por las aceras, zigzagueando entre peatones, bien cerquita de los portales de pisos y casas (el pasado fin de semana fui testigo de cómo uno de estos merluzos que circulaba pegadito a los portales casi la lía cuando salía a la calle una pareja en el momento que él pasaba).
A ver, señores y señoras. Nuestro lugar es la calzada. La acera es para los peatones. Y si tiene que circular alguna bici por la acera es la de los niños pequeños asistidos por sus padres.
Más de una vez he llamado la atención a alguno de estos animales y lo único que han sabido hacer es responderme o bien con insultos o bien con una sonrisa imbécil.
Gracias a todos ellos, que ayudan a potenciar la figura del ciclista.
Comentarios
Y en la carretera o por viales públicos, la inmensa mayoría no respetan los semáforos.
Y luego estos mismos personajillos ataviados de ciclistas, son los primeros en exigir que los automovilistas les respeten.
Respetarlos si, por supuesto, pero que sean ellos los primeros en respetar a los demás.
Es latimoso que, con estos procederes incívicos de unos cuantos, desprestigien a todo un colectivo de personas respetuosas que utilizan la bicicleta para distintas finalidades.